sábado, 4 de diciembre de 2010

informacion sobre las centrales termoelectricas (HECHO POR DANIEL AGUILERA)

Las centrales termoeléctricas son uno de los pilares básicos de la producción eléctrica mundial. Según la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA), la potencia eléctrica instalada en España en 2006 fue de 84.051 MW, de los cuales el 45,5% correspondió a la térmica convencional. Según sus defensores, gracias a ellas se garantiza el suministro eléctrico y que las facturas sigan siendo económicas. Sin embargo, los ecologistas recuerdan que estas instalaciones producen gran cantidad de gases contaminantes, frecuentemente por encima de los valores permitidos por la ley.

Contaminación de las centrales termoeléctricas

 


- Imagen: Danie van der Merwe -
 responsable de Energía de WWF/Adena, al quemar combustibles fósiles, las centrales termoeléctricas emiten a la atmósfera muchos contaminantes, sobre todo compuestos de azufre (SOx), principalmente SO2, causante de lluvias ácidas y problemas de salud; compuestos de nitrógeno (NOx), gas de efecto invernadero y causante del ozono troposférico, peligroso para la salud; compuestos de carbono (el CO2 es un gas de efecto invernadero); y partículas menores de 10 micras (PM10), con efectos nocivos sobre la salud.
Por su parte, Ladislao Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción en materia de Energía, cita un informe elaborado por su asociación, en el que se ofrecen datos sobre la calidad del aire en el entorno de las Grandes Instalaciones de Combustión (GIC) (centrales termoeléctricas, refinerías y otros grandes emisores) españolas a partir de datos ofrecidos por las Comunidades Autónomas. Según este estudio, en los últimos años estas instalaciones han superado "los límites referidos a los valores horarios y diarios de SO2, los límites diarios y los valores anuales medios de PM10 y los valores medios anuales de NO2 para la protección de la salud".
En todo caso, no todas las térmicas contaminan igual, como subraya el responsable de WWF/Adena: Las centrales de carbón emiten cantidades de todos estos gases aproximadamente dos o tres veces mayores que las centrales de ciclo combinado de gas natural.
Demasiado a menudo, la información oficial de emisiones no se corresponde con la realidad
En este sentido, según datos de Red Eléctrica Española (REE), las centrales de carbón funcionan muchas más horas que las de ciclo combinado. En opinión del portavoz de Ecologistas en Acción, "desplazando una pequeña porción de la producción con centrales de carbón (en torno al 5%) a centrales de gas, se habría respetado el límite legal de emisiones contaminantes".
El informe de Ecologistas en Acción, subvencionado por el Ministerio de Medio Ambiente, destaca que las redes de medición de la contaminación en el entorno de las centrales son "manifiestamente inadecuadas para asegurar el cumplimiento de las condiciones establecidas en la legislación de calidad del aire (R.D. 1703/2002)", y que "demasiado a menudo, la información oficial de emisiones no se corresponde con la realidad."
Por su parte, Antonio Petit, responsable de Comunicación de UNESA, la asociación que reúne a las principales compañías del sector, recuerda que cada año las tecnologías van experimentando más avances y son más eficientes, y pone como ejemplo el proyecto de Endesa, que ha transformado recientemente la antigua central de carbón de As Pontes en una moderna instalación de ciclo combinado.

Incumplimientos de la legislación

Según Ladislao Martínez, las instituciones españolas han frenado en los últimos años la implantación de la legislación europea en materia de contaminación producida por estas centrales. Finalmente, la Directiva 2001/80/CE fue transpuesta a la legislación española tres años después de su aprobación, mediante el Real Decreto 430/2004 de 12 de marzo. A partir de esta normativa, las centrales se deben decantar por dos opciones:
  • Instalar sistemas capaces de reducir la contaminación en torno a un 80%. Además, se las deja formar parte de una especie de mercado de agrupación de emisiones, para que puedan por ejemplo comprar derechos de emisión, o produciendo menos en otras centrales del mismo grupo, como va a hacer por ejemplo Endesa.
  • Si no pueden poner en marcha estos sistemas, se les obliga a cerrar, con un margen desde 2008 a 2015 en el que podrán funcionar un máximo de 20.000 horas. En total, 23 instalaciones (19 de fuel-gas y cuatro de carbón) se han acogido ya a esta vía.
En cualquier caso, Martínez considera que la ley se ha incumplido en el pasado, en el presente y previsiblemente también en los próximos años: "Los órganos administrativos no las controlan como debieran y los juzgados son de una pasividad extrema, por lo que el incumplimiento es flagrante."


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